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miércoles, 26 de marzo de 2014

GANCHO Y DIRECTO: La parada hamburguesera obligatoria en Pozuelo.

No sabemos por qué pero hacía unos meses ya que no paraba de aparecer en todos sitios el nombre de Gancho y Directo, así que, cuando nuestras amigas de A salvo del olvido nos propusieron cenar allí una de esas noches tontas entre semana, casi damos palmas con las orejas.


¡Qué cierto es aquello de que "cuando el río suena, agua lleva"! Y en este caso, el agua que corre es más que espectacular porque las hamburguesas de Gancho y Directo puede que sean las que más nos han sorprendido en este primer trimestre del año.

Con esta introducción tan potente, no todo iba a ser bonito y, bien, os tenemos que decir que la localización de esta hamburguesería, buena, lo que se dice buena no es. Hace falta coger el coche y, aunque no muy lejos de Madrid, el centro comercial en el que se encuentra suele estar bastante muerto a la hora de la cena y da un poco de penita. Si bien es cierto, nos dicen que la cocina no deja de sacar hamburguesas a la hora del almuerzo, ya que hay oficinas por la zona y tienen un menú del día más que atractivo por 10,50€.

El local de Gancho y Directo, sin incluir la terraza.
El local, como veis, no tiene nada para sorprender y es simplemente funcional. Aunque nosotros estuvimos muy cómodos en las mesas de la "semi-terraza" y el servicio que los encantadores Javi y Juan (unos tipos que saben bien lo que hacen y que están convencidos de su producto) fue de lo más atento, no podemos quitarnos la idea de tener un Gancho y Directo más cerca del centro de Madrid y con mucho más encanto...

Detalles del local de Gancho y Directo. Fotos de su página web.
Así que después de haber soltado ya nuestra valoración y casi admiración, no nos queda más remedio que contaros qué nos zampamos para que nuestras papilas gustativas se enamoraran de esa forma. Nos parece que la carta (que podéis consultar aquí) tiene el tamaño perfecto , con algunas ensaladas, entrantes y postres para compartir y una variedad de hamburguesas de cerdo, pollo y carne en diferentes tamaños, que se ve complementada por una selección sorprendente de "fueras de carta" en la que se incluyen opciones vegetarianas como la burger de tofu o de legumbres (lentejas, garbanzos o judías) o mucho más carnívoras como las de carne de Kobe (wagyu) de hasta 500 gramos.

Hablando de precios, no nos parece ninguno ningún disparate para la calidad de la que estamos hablando. Sí que es cierto que hay alguna hamburguesa muy gourmet como las de Kobe que casi llega a los 20€, pero el precio medio ronda los 8€ para las burgers de 150 gramos y los 10€ en las de 250.

Algunos de los "fuera de carta" de Gancho y Directo.
Comenzamos por unos aros de cebolla morada y ¡qué aros! caseros, cortados en trozos pequeños, crujientes, ligeros y llenos de sabor. Los sirven acompañados de una rica salsa agridulce pero nosotros los preferimos solos porque ¿para qué íbamos a empañar un sabor así?

Por cierto, nos han hablado también maravillas de los nuggets de pollo... miedo (del bueno) nos da pensar en un rebozado casero...

Aros de cebolla artesanales.
Era nuestra primera visita, así que para la elección del plato fuerte nos dejamos llevar tanto por las recomendaciones de nuestras queridas acompañantes como por los distintos comentarios que recibimos en las redes sociales (¡GRACIAS!). La respuesta era unánime: teníamos que probar la Gancho: carne de cebón, trufa, foie y acompañada de salsa de arándanos.

La Gancho, el amor de nuestros amores.
Así lo hicimos y por todo lo alto, la elegimos en su versión de 300 gramos, con pan de mollete y "al modo Javier", es decir, un punto menos que poco hecha. No os asustéis, estaba perfecta, jugosa y nada "sangrante". Para el que no le guste, no hay problema, vimos que se esmeran mucho en respetar la forma de cocinar la carne y los cuatro que fuimos en esta ocasión salimos más que contentos.

El detalle del corte de la carne. No os asustéis, es un modo específico de Gancho y Directo, podéis pedirla más cocinada.
Esta burger se lleva la TRIPLE S de estos dos humildes hamburgueseros: Superior, Suprema y Sensacional. El sabor de la carne es simplemente perfecto, la hamburguesa está correctamente aderezada, nada apelmazada y creemos el toque redondo a esa carne viene dado por la lámina de foie de primera calidad, hacía tiempo que no veíamos un foie así en nuestros queridos hamburguesódromos. En general, todos y cada uno de los ingredientes del plato son de buen género y eso se nota en el conjunto.

Por otro lado, es de agradecer que la salsa de arándanos venga a un lado para los carnívoros como nosotros que, aunque la probamos, nos quedamos embelesados con el sabor del cebón y del foie.

Mención aparte se llevan las patatas fritas. Como los aros de cebolla, cortadas finitas, crujientes y 100% artesanales, ¡casi lágrimas de emoción al probarlas!

Seguimos alabando esta hamburguesa Gancho.
Otro puntazo más de Gancho y Directo (y del que nos alegramos que se vaya expandiendo por otras hamburgueserías) es que puedes elegir entre tres tipos de pan: clásico, de mollete y rústico gratinado (cebolla y queso). Ojo que también tienen opciones sin gluten para celíacos.

Para nuestra Gancho elegimos el de mollete, un panecillo del que no nos cansamos y que pensamos que combinaba a la perfección con esta hamburguesa. Estaba bien tostado y, a pesar de tener la misión de soportar 300 gramos de carne, aguantó como un campeón hasta el último bocado.

Un buen pan de mollete.
Como no podía ser de otra manera, la segunda maravilla hamburguesera que pedimos fue una Directo, con carne de buey (vaca vieja) de 300 gramos, cebolla y tomate raf a la plancha, queso manchego semi curado y salsa barbacoa, "al modo Javier" y pan gratinado.

Si ya con leerlo se te hace la boca agua, imagínate al probarla... No hay nada que falle en esta hamburguesa, absolutamente nada. Aunque también os decimos que la Gancho ya nos tenía conquistados y va a ser muy difícil que nos olvidemos de ella.

La hamburguesa Directo con panecillo gratinado.
Para gustos, los colores, y, aunque el panecillo gratinado tiene su gracia, creemos firmemente que preferimos el de mollete o el clásico (que tenemos ganas de probar YA) para no quitarle nada de protagonismo a ese saborcito tan rico a carbón de la carne.

Sí, 300 gramos de carne cada uno y nos entró un postre. Compartimos un correcto brownie de chocolate con helado de vainilla y nos hubiéramos comido todo lo que nos hubiesen echado en este sitio porque no podemos decir nada malo de ellos.

Brownie con helado de vainilla.
¿Cómo podemos decirlo? No sólo con una Gancho y una Directo nos han enamorado, es que en general hemos notado que todo lo que nos pusieron por delante era de una calidad digna de mención. Unas hamburguesas de escándalo que sirven unos chicos más que convencidos de lo bueno que es su producto no merece otra cosa que estar en un local a la altura y, por ello, rogamos a quien corresponda un traslado o una apertura en un sitio céntrico y con más estilo. De ser así, estamos convencidos de que podríamos estar hablando de uno de los pelotazos hamburgueseros de Madrid.

PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA:

1 AROS DE CEBOLLA ARTESANALES: 5,30€
1 HAMBURGUESA GANCHO 300 GR.: 10,80€
1 HAMBURGUESA DIRECTO 300 GR.: 11,90€
2 HAMBURGUESAS GANCHO150 GR.: 8,90€
1 BROWNIE CON BOLA DE HELADO: 5,60€
2 COCA-COLAS: 4,40€
2 DOBLES DE CERVEZA: 4,60€

TOTAL: 51,50€

PRECIO APROXIMADO POR COMENSAL: 13€

Web | www.ganchoydirecto.com

Gancho y Directo se encuentra en el Centro Comercial Zoco de Pozuelo, Calle Barlovento, 1.

jueves, 20 de marzo de 2014

SAPOREM: La hamburguesa que no sabía a hamburguesa.

No podemos evitarlo, hay veces que aunque vayamos a cenar a sitios "fashion" nuestros ojos rastrean la carta de arriba a abajo en busca de la palabra HAMBURGUESA. Esto fue lo que nos pasó hace unas semanas cuando fuimos al nuevo restaurante de moda en el Barrio de Las Letras, Saporem, donde nos pegamos un suculento homenaje que, por supuesto, incluía nuestro plato preferido.

Parece que en la calle Ventura de la Vega no paran de aparecer restaurantes trendys y Saporem es, sin dudarlo, uno más de ellos. Al poner un pie en el local (que no es ni más ni menos la planta baja de un hostel), nos damos cuenta del rollo canalla que se traen, que notamos en sus varios espacios en los que apreciamos una combinación de tonos madera provenzal, el bambú, las paredes de ladrillo visto y el color que aportan las sillas de diferentes colores. Pero lo que más nos emociona es la espectacular terraza con ambientes diferenciados y que imaginamos que será maravillosa para las noches de verano cuando se retire la cubierta.

Detalles del local de Saporem.
No os vamos a engañar, de vez en cuando las pijaditas también nos gustan y la carta de Saporem está llena de ellas. El menú que nos ponen entre las manos es 100% lo que llamaríamos "cocina de autor", una interesante mezcla de platillos de todo el mundo (ceviche, pizza, wok...) adaptada a los ingredientes de la tierra y con nombres tan evocadores como el Sobao pasiego, huevo poché y escalope de foie (8€).

La verdad es que ya nos tenían ganados si no fuera porque vemos después que, siendo como somos, de MUY buen comer, vamos a tener que pedir bastantes platos porque si no nos vamos a ir de allí con hambre. Y es que puede parecer que los precios son contenidos pero a nosotros no nos deja de parecer que las raciones pecan de escasas.

Ello no quita que caigamos rendidos ante el Pulpo a la brasa (16€), un buen plato de octópodo lleno de sabor y con una cama de cebolla pochada y puré de patatas muy suave que lo complementa a la perfección. Menos interesante nos resulta el ya citado Sobao que, aunque no paramos de ver en otros blogs como plato de renombre del restobar, a nosotros nos pareció demasiado dulce y que no dejaba ni un poco de protagonismo al foie, que apenas pudimos saborear.
Pulpo a la brasa y Sobao pasiego, huevo poché y escalope de foie.
También probamos el Takati de atún, fresas, pepino y alga wakame (12,50€) y el Carpaccio de solomillo con queso de oveja (9€), ambos platos poco sorprendentes en el paladar para tanto nombre.
Takati de atún, fresas, pepino y alga wakame y Carpaccio de solomillo con queso de oveja
Los camareros, a los que pedimos desde aquí que dejen correr un poquito la horchata de sus venas, decidieron que el plato fuerte venía al final y nos plantaron esta bola de papel de aluminio frente a nosotros. Ésta es la "original" forma de presentación de la Brooklyn Burger con carne de buey, bacon crujiente, queso cheddar, lechuga y salsa barbacoa (11,50€) que catalogan como especialidad de la casa.

La bola de papel aluminio es una hamburguesa...
¿Cómo podemos empezar a catalogar esta hamburguesa? ¿Puede existir una hamburguesa en la que ninguno de sus ingredientes sepa a lo que realmente es? ¡La hemos encontrado, amigos! Estos dos hamburgueseros coincidimos en lo mismo, en que ni el buey (vaca vieja) sabe a buey ni el bacon a bacon y que la salsa barbacoa parece más bien tomate frito. Creemos que ya os podéis hacer una idea de "lo buenísima" que estaba viendo estas fotos...

¿Salsa barbacoa? ¿tacazo de cebolla? nada sabe a nada...
Para mayor tragedia, el envoltorio no hace más que empeorar las cosas y, aunque vemos que se han dignado en tostar un poco el pan, el calor hace que se reblandezca hasta límites insospechados y que adquiera una textura algo raruna. Casi lo mismo podemos decir del bacon que de crujiente ya no tenía ni el nombre.

Brooklyn Burger con carne de buey, bacon crujiente, queso cheddar, lechuga y salsa barbacoa 
El desastre queda salvado porque la carne se ve rosita, bien cocinada como lo habíamos pedido, sólo que con semejante batiburrillo de hamburguesa, no podríamos diferenciar ni de qué tipo de animal estamos hablando. Todo hay que decirlo, las patas paja servidas en la taza de mi abuela estaban crujientitas y ricas.

La carne, al menos, cocinada como la pedimos, poco hecha.
Además de litros de Azpilicueta para ahogar este desastre hamburguesero, lo hicimos con grandes dosis de dulce y terminamos la cena con una Tarta sin sentido de oreo, mascarpone y fresas (4,50€) y un Brownie de chocolate blanco con helado artesano de chocolate (4,50€), a los que damos un notable por originalidad y sabor.
Tarta sin sentido de oreo, mascarpone y fresas y Brownie de chocolate blanco con helado artesano de chocolate
En definitiva, Saporem es uno de los restaurantes más bonitos que hemos visitado en mucho tiempo y estamos seguros de que los copazos que nos tomamos (que, por cierto, estaban muy bien preparados) nos habrían sabido mucho mejor en su terraza cuando esté descubierta; sin embargo, unas raciones demasiado pequeñas servidas por unos camareros a los que aún les hace falta "un hervor" y esa desastrosa hamburguesa que somos incapaces de calificar nos hace plantearnos si tanta decoración molona podrá alguna vez triunfar.

Aún así, creemos que estamos en lo cierto si decimos que si vais varios para compartir, no tenéis mucha hambre y dejáis la hamburguesa de lado disfrutaréis de una interesante cena en las noches de primavera-verano venideras.

Web | http://the-saporem.tumblr.com/

Saporem se encuentra en la Calle Ventura de la Vega, 5

lunes, 17 de marzo de 2014

VIPS: Una visita improvisada a dos viejas amigas.

En HeM no somos muy dados a escribir de franquicias, quizás porque pensamos que así se pierde el trato cercano de un establecimiento pequeño o quizás porque probada una, las has probado todas, pero hoy vamos a hacer una excepción y os vamos a comentar nuestra experiencia al visitar el Vips de la Calle Francisco Silvela, en lo que podríamos denominar más un arranque de #hamburguesismo que un plan muy trabajado.

Normalmente hablamos del local y del servicio antes que nada, pero también es verdad que Vips mantiene una misma línea de decoración en todos sus locales, aún así, este nuevo estilo, con mucho blanco en las paredes y detalles de color en mamparas y plásticos decorativos le otorgan al espacio más luz y realmente la estancia se hace más cómoda.

Panorámica del local.
Como bien reza el encabezamiento, quisimos reencontrarnos con dos viejas amigas: la hamburguesa Pampera y la Italian Deli. De la primera poco podemos decir que no sepáis ya: una burger contundente con doble de carne, bacon, rúcula y queso provolone. Tenemos que decir que el recuerdo que teníamos de este plato ha cambiado con el tiempo, ya que hacía mucho que no la pedíamos, ya que nos decepcionó en su día, pero hay que reconocer que ha cambiado y es una elección bastante interesante.

Hamburguesa Pampera.
Como podéis ver en la foto, lo de "doble de carne" es un poco engañoso, ya que se trata de dos trozos que forman una hamburguesa normal, en este caso, tenemos que darle un tirón de orejas a Vips, por vendernos algo que no es. Eso sí, hay que romper una lanza en favor de Vips en cuestión del punto de la carne, ya que, como podéis ver en la foto, está bastante conseguido.

Detalle del corte de la hamburguesa Pampera.
Y como siempre, el pan de mollete, que poco a poco se va extendiendo en muchos locales especializados en hamburguesas y que nos dio la impresión de que ha cambiado desde los orígenes del plato, ya que parece más consistente, no se desmorona y es más fresco. Sin duda, la gran sorpresa de la tarde.

Como es habitual, el acompañamiento no podía ser otro: patatas fritas, que en esta ocasión, nos dieron a elegir, decantándonos por unas fritas gajo, que con la mayonesa de chimichurri que va con ellas, quedan ideales.

La otra elección fue la Italian Deli, una burger que ha pasado poco por nuestros paladares, pero que tiene algo que nos sigue enganchando. Quizás sea su carne o la combinación de Gorgonzola, pepinillo, bacon y cebolla roja o quizás su pan de brioche, suave, pero resistente. El caso es que nos gustó bastante. A lo mejor el único "pero" venga del exceso de salsa de queso azul que, al juntarse con la lechuga, a veces nos daba la sensación de estar más ante una ensalada clásica de la marca que ante una hamburguesa.

Italian Deli
Y en definitiva, aquí tenéis una visita que parece que se nos estaba resistiendo y que, a pesar de la cantidad de nuevos sitios que tenemos en Madrid, pensamos que es obligado que se encuentre en nuestros archivos. Y es que Vips siempre apostó por las burgers que, no sin ser excesivamente baratas, hasta hace muy poco, era de los mejores sitios para degustar una, ahora, con tanta competencia, aguantan estoicamente y no deja de ser una hamburguesa interesante, aunque las puede haber mejores.


PRECIOS DE LA VISITA DESGLOSADOS

1 HAMBURGUESA PAMPERA: 10,95 €
1 ITALIAN DELI: 10,95 €
1 COCA COLA: 3 €

TOTAL: 24,90 €

Podéis encontrar el Vips reseñado en la Calle Francisco Silvela, 67



domingo, 16 de marzo de 2014

ESPECIAL: Taller de hamburguesas junto al maestro Juan Pozuelo.

Ya os hemos hablado en alguna que otra ocasión de las hamburguesas de la conocida marca de Hamburguesa Nostra, de la que nos declaramos seguidores cuando se trata de pegarse un festín en casa, pero hoy os queremos contar el día en el que cocinamos junto a Juan Pozuelo, creador de los más de 30 sabores de burgers de esta insignia.

Gracias a Nacho Garbayo, director de Sueños de Cocina (una escuela donde desarrollar tus artes culinarias escondidas en la que hemos tenido la suerte de estar ya en varias ocasiones), pudimos apuntarnos a un taller hamburguesero donde no sólo aprendimos cómo hacer una buena hamburguesa casera sino que encima nos pusimos tibios después con el resultado de tanto experimento.
Algunos momentos del taller de hamburguesas junto a Juan Pozuelo.
Como casi siempre que hablamos de cocina, Juan nos transmitió que la clave está en tener un buen producto y hacer con cariño las cosas, intentando conseguir una masa a la que no haga falta ningún tipo de aderezo. Ya veis que esto es lo que ha intentado transmitir con Hamburguesa Nostra, una carne que quieras comerte sola, sin salsas ni panes, y fue lo que intentamos poner en práctica en esta ocasión.

Ya desde el primer momento nos pusieron con las manos en la masa y a este equipo que escribe nos tocó preparar una original hamburguesa de salmón rellena de queso philadelphia, cebolla y eneldo que, aunque en un principio no nos convencía, resultó ser una sorpresa para los paladares más exquisitos.

Preparación de la hamburguesa de salmón, eneldo, cebolla y queso philadelphia.
Aquí os dejamos la receta por si decidís lanzaros a ser unos cocinillas como nosotros y queréis sorprender a vuestros queridos con tan magnas hamburguesas.

Receta de la hamburguesa de salmón con cebolla pochada y crema de queso.
Algo que nosotros siempre nos habíamos preguntado es cómo conseguir que la carne (o los otros ingredientes que estés utilizando) quede bien compacta y en este taller pudimos comprobar que la clave está en la albúmina, una proteína que podemos encontrar en grandes cantidades en la clara del huevo así como en la mayoría de carnes y no tanto en pescados, por lo que, muchas veces, es necesaria para que la masa no se quede chafada. Así que, ya sabéis, si queréis que la hamburguesa no se os convierta de nuevo en una masa deforme al cocinarla, únicamente tenéis que separar las claras del huevo (con una clara tenéis más que suficiente para 1 kg. de carne) y añadirlas a la mezcla cuando la estéis amasando. También podéis encontrar este producto en polvo en tiendas de alimentación si os parece más sencillo.

Mientras nosotros estábamos liados con el salmón, el resto de participantes del taller se dedicó a otras actividades que tuvieron grandes resultados y aquí podéis ver la maravillosa cata de hamburguesas que pudimos hacer después:
  • Hamburguesa de pollo, berenjenas y pimientos del piquillo.
  • Hamburguesa de ternera, con foie, mostaza y queso de cabra.
  • Hamburguesa de tomate y cebolla pochada (opción para vegetarianos).
  • Hamburguesa de ternera con morcilla y bacon.
  • ¡Atención especial a la maraña de hamburguesas de vacuno y cerdo que se marcó Juan!
El resultado del taller de hamburguesas.
Ya veis que no lo pasamos nada mal y encima aprendimos un poquito más de este mundillo que nos apasiona y del que intentamos sacar el máximo jugo.

jueves, 13 de marzo de 2014

BALADÍ: Estupendas hamburguesas en una carta sencilla y de calidad.

Hace tiempo que os venimos comentando lo que está pasando en el eje San Chinarro - Las Tablas - Montecarmelo. Y es que la competencia hamburguesera se está haciendo tan feroz en estas zonas que empieza a ser bastante difícil gestionar una cena/comida o quedada con amigos.

Hace tiempo que os hemos hablado de Maye's Bistró, Tate's o Soul Kitchen, pues bien, justo enfrente de éste último nos encontramos con Baladí, un local relativamente joven - apenas pasa del año de vida-, regentado por una empresaria venezolana y en el que se nos ofrece una mezcla culinaria bastante curiosa; por un lado, tenemos una cocina bastante influenciada por Andalucía, concretamente Córdoba y por otro nos encontramos con platos de raíz gallega, ¿curioso, verdad? Pues entre toda esta mezcla, hallamos un puesto de honor para las hamburguesas que, sin ser muchas, tenemos dos opciones la mar que interesantes para entrar y probarlas.

Detalle de parte de la carta
Antes de seguir, os queremos comentar que Baladí también puede presumir de ser una estupenda vinacoteca, de hecho, la oferta de caldos, tanto españoles como extranjeros, es casi infinita y cubren las expectativas de los paladares más exquisitos. Y para los que no entendemos mucho, nada mejor como dejarnos aconsejar por cualquiera de los miembros del equipo de sala, que además de tratarnos estupendamente, como es el caso de Montse, saben bastante del tema y aciertan de pleno con nuestros gustos.

Además del servicio, el local en sí nos ofrece un espacio amplio, bastante luminoso y muy cómo con mesas altas y una gran barra donde tomar algo de una forma más informal. La curiosidad la aporta una vid REAL, vamos, que está viva y si visitas el local con frecuencia, la podrás ver crecer.

El local, por todos sus lados.
Y dicho esto, pasemos a las viandas. Pedimos una tosta de solomillo con queso brie y cebolla caramelizada. La verdad es que, para no ser una hamburguesa, estaba bastante buena, de hecho, nos comentaron que es uno de los platos que más se vende, con muy precio y siendo una ración más que suficiente para una sola persona o adecuada para compartir entre dos.

Tosta de solomillo con queso brie.
Después llego el turno de las burgers. Primero unas min hamburguesas de rabo de toro, con una carne que, desde aquí, pedimos, por favor, se extienda más por el territorio capitalino, ya que nos parece un gran acierto y muy original hacer un plato con este ingrediente.

Collage de mini hamburguesas de rabo de toro.
La ración, como podéis ver en la foto, es muy adecuada, ya que incluye seis mini burgers, aunque sí que es verdad que el plato se nos queda un poco cojo sin nada más que las acompañe, vamos, que está muy bien como entrante, pero como plato principal se nos antoja un poco soso. Aún así, la carne es bastante jugosa, quizás algo seca y el pan crujiente, que hace que en dos bocados te acabes prácticamente todo el plato.

Y el plato fuerte, que creemos que debería ser de prueba obligada es la hamburguesa "gallega", con queso de tetilla, cebolla caramelizada y lacón. La carne, de 200 gramos, aproximadamente, es de lo mejor que hemos probado; una carne jugosa y compacta de buey (vaca vieja), cocinada como a nosotros nos gusta (ojo a las fotos) y con un punto bastante acertado.

La "gallega", con queso de tetilla y lacón.
La conjunción de ingredientes es ideal y el queso de tetilla le da un punto original y sabroso a la carne, convirtiéndose en un prefecto aliado del plato.

El tema del pan nos puso en desacuerdo al resto del equipo. Es una mezcla de pan americano y de mollete, ligeramente crujiente, pero echamos de menos que viniera un poco tostado, aún así, como os decimos, al ser de mollete, aguantó perfectamente hasta el final y prácticamente no se desmenuzó.

Detalle del corte de la hamburguesa.
Y como veis en las fotos, las burgers no sólo se acompañan de patatas fritas, las cuales son totalmente caseras y muy bien hechas, con ese punto crunchy que tanto nos gusta, sino que, como buen plato gallego que es, también nos podemos encontrar unos poquitos de pimientos de padrón, que, aunque no nos picaron mucho, si que hacen más agradable el plato.

En definitiva, Baladí ofrcee un espacio muy cuidado, con muy buen servicio y una carta quizás algo amplia, pero con unos muy sabrosos platos, con una relación calidad/precio muy aceptable y una enooorme selección de vinos. Nosotros salimos encantados y si le ponemos un "pero" a nuestra visita, es que parece que entre semana no va mucha gente, quizás la zona todavía no ha crecido lo suficiente. A pesar de todo y si mantienen la calidad y los precios que hay a día de hoy, les auguramos un gran éxito, ya que pueden competir de tú a tú con lo que se nos puede ofrecer por la zona.


PRECIO DE LA VISITA DESGLOSADO:

1 TOSTA DE SOLOMILLO Y QUESO BRIE: 6 €
1 MINI BURGERS DE RABO DE TORO: 10 €
1 HAMBURGUESA DE BUEY: 12 €
3 COPAS DE VINO: 9 €

TOTAL: 37 €

Podéis encontrar Baladí en la Calle Diego Hurtado de Mendoza, 12 (entrada por Calle Príncipe Carlos, 17), San Chinarro.


martes, 11 de marzo de 2014

THE IRISH ROVER PUB: Las ricas hamburguesas con San Patricio.

Nos llegaban los rumores de que existía un animado pub irlandés que en las comidas y cenas servía hamburguesas contundentes; así que, después de una no tan ardua investigación, nos dimos de bruces con el conocido Irish Rover Pub de la Avenida de Brasil pero esta vez a plena luz del día y sin el influjo de los ríos de cerveza Guinness para disfrutar de nuestro alimento favorito.

El local de Irish Rover en la Avenida de Brasil.
Aunque en un principio vinimos tentados por una escandalosa oferta compuesta por hamburguesa (o fish&chips), patatas y pinta a 9,50€; después nos enteramos de que ésta sólo se ofrece durante eventos deportivos... por lo que no nos quedó más remedio que tirar esta vez de carta. Ya veis que las 20 variedades de hamburguesas oscilan entre los 7,50€ de la más Classic Burger y los 12€ la Bacon Double Double Burger, aunque también existe la posibilidad de cambiar el segundo plato del menú del día (10,50€) aumentándolo un euro más, lo que nos parece un precio más que competitivo para la zona en la que nos encontramos.
El menú con unas cuantas ofertas interesantes.
No os vamos a hablar en este caso de las bondades del local porque poco más podríamos añadir, ya que se trata de un pub típico irlandés de paredes de madera, techos altos y ambiente acogedor pero sí que nos sorprendió lo luminoso y amplio que parecía a estas horas del día. Sin duda, un puntazo a su favor, así como el hecho de que tengan terraza en el interior, que ya tenemos ganas de probar.
El típico pub irlandés donde hincharse a pintas.
Como veníamos a lo que veníamos, esta vez nos lanzamos directamente a las hamburguesas y le pedimos al camarero (todo hay que decirlo, bastante despistado y lento) una Irish Rover Burger y una BBQ Philly Burger. Ambas, como todas las del local, de 200 gramos de carne de cebón y acompañadas de patatas fritas.

No sabemos si es porque no veníamos con grandes expectativas o porque fue un "aquí te pillo, aquí te mato" en toda regla pero la carne de estas hamburguesas nos convenció. Que quede aquí constancia de que no serán las mejores burgers de Madrid pero el punto de la carne estaba perfectamente conseguido y el sabor era muy decente, además de tener un tamaño intermedio, que no deja con hambre al más hamburguesero ni llenísimo al más milindre.

BBQ Philly Burger: cebolla, queso philadelphia y salsa BBQ.
El corte de la carne, un punto muy conseguido.
El resto de los ingredientes de ambas hamburguesas no son de la mejor calidad pero se sirven en cantidades generosas, destacando el queso philadelphia, que aunque no solemos pedir, en este caso nos gustó mucho al combinarlo con la salsa barbacoa. Lo que sí que fue una pena es que el huevo frito de la Irish Rober Burger viniera muy hecho y que no pudiéramos disfrutar así de esa yemita que nos enloquece.
Irish Rover Burger: queso cheddar, bacon y huevo frito.
El panecillo no tiene mucho misterio, es esponjoso y viene tostado, además de ser agradable a la vista pero la verdad es que es bastante soso y lo normal es que no llegue a resistir hasta el último mordisco.

Sin duda, lo peor de la hamburguesa son las patatas fritas que, aunque se sirven de una forma original, no dejan de ser unas patatas congeladas de lo más común y que no aportan nada nuevo.
Detalle de la BBQ Philly Burger.
En definitiva, sólo podemos pensar en que si no fuera porque el tiempazo que tenemos ahora mismo en Madrid nos emociona, nos encantaría haber conocido el Irish Rover antes para cenarnos una hamburguesa que no entusiasma pero que sí gusta en este pub tan acogedor junto a una buena pinta con el sonido de cualquier partido de fútbol americano de fondo.

Además, sin ni siquiera quererlo, estamos ya casi en St. Patrick's Day, ¿a quién le hace una Guinness con una buena burger?

PRECIO DE LA VISITA DESGLOSADO:

1 IRISH ROVER BURGER: 9 €
1 BBQ PHILLY BURGER: 9 €
2 VASOS DE AGUA: 0 €
1 CAFÉ: 1,30 €
1 TÉ: 1,30€

TOTAL: 20,60 €

PRECIO POR COMENSAL: 10,30 €

Web | www.theirishrover.com

Irish Rover Pub está en la Avenida de Brasil, número 7

martes, 4 de marzo de 2014

PENALTI LOUNGE BAR: Una gran carne de Kobe que necesita otros compañeros a su altura.

Comprobamos que la salud del panorama hamburguesero madrileño sigue fuerte cuando cada semana nos llegan al menos un par de sitios nuevos para sorprender a nuestros paladares. Esto mismo fue lo que nos pasó hace un par de semanas cuando nos enteramos de la existencia de Penalti Lounge Bar a través de las redes sociales, donde se manejan como peces en el agua.

Ni cortos ni perezosos nos dirigimos un viernes a mediodía a degustar esa nueva hamburguesa que nos llamaba a gritos. Penalti está junto al Estado Santiago Bernabéu y se trata, sin duda, de con un local más bien orientado a la noche y a los pre y post-partidos, así que no podemos hablar de una decoración muy conseguida más allá del ambiente deportivo y de los distintos detalles cinematográficos del local.

Algunos detalles de Penalti Lounge Bar
Nos comentaba Edu, uno de los socios, que están centrando mucho la atención en el público universitario (llegando a ofrecer cenas con barras libres y realizando otro tipo de eventos), así que en estos momentos sólo están abiertos por las noches y de viernes a domingo a mediodía. Estos chicos han comenzado a adentrarse hace muy poquito en el mundo de las hamburguesas, por lo que los encontramos en una fase aún de ensayo y error, aunque ya os decimos que han empezado fuerte y se han decidido por una de las carnes reinas del mercado: la de Kobe.

Y aquí es donde nos quedamos más sorprendidos, la carta de Penalti Lounge Bar es casi inexistente (ya que la mayoría de las cenas se organizan a menú cerrado) pero, con el ánimo de alcanzar el súmmum hamburguesero, se han decantado por elegir una de las opciones más caras de un proveedor de carne del que ya os hablamos: Solobuey.

La Hamburguesa de Kobe viene acompañada de aros de cebolla.
Alguna vez os hemos comentado que la carne de Kobe no se comercializa en España más que en algunos lugares muy exclusivos donde se paga bien su jugosidad y terneza, pero sí que podemos encontrar en la Capital muchas hamburguesas de carne de buey japonés (wagyu) ya criados en España a unos precios más económicos, como es el caso de las que ahora mismo os hablamos.

¿Qué os podemos decir de esta carne? No hay ni trampa ni cartón, estaba estupenda, sazonada de maravilla,  perfectamente preparada por ellos y cocinada al punto que habíamos pedido.

Corte de la estupenda carne de Kobe.
Todo iría de maravilla sino nos resultase algo raro el conjunto. Nos explicamos: la carne está de vicio pero el resto de sus ingredientes aún tienen un largo camino para perfeccionar y hacer del conjunto algo digno de salivar. El pan es el típico americano y el pobrecito no aguanta ni el primer asalto de una carne tan jugosa como la de Kobe. Además, se agradecería mucho que estuviese un poco tostado, que ya sabéis que es un gran puntazo y que no cuesta apenas nada hacerlo.

Hablando del resto de ingredientes, el queso, a pesar de ser muy básico, le queda estupendo, así como el bacon y el tomate. Nosotros, desde aquí, recomendamos cambiar la lechuga iceberg (con un sabor demasiado protagonista) por otra más suave como la Batavia, nuestra preferida entre los dos panecillos.

Una hamburguesa sencilla pero llena de sabor.
En general, agradecemos que las salsas y otros adicionales, como la cebolla frita crujiente, se pongan a un lado para aquellos que quieran cometer el crimen de dejar de saborear en todo su esplendor una carne tan buena. La hamburguesa se acompaña de aros de cebolla que, a pesar de no ser caseros, nos parecieron más que correctos. Además, pudimos probar las bacon cheese fries, unas patatas fritas de lo más normal aderezadas con grandes dosis de queso y salsa.

Las bacon cheese fries.
En definitiva, el sabor de esta carne de Kobe nos ha eclipsado pero no dudamos de que una combinación más equilibrada de los ingredientes, que pase quizás por la modificación a un buen 100% vacuno (muchas veces igual de bueno que la carne de wagyu) y a un panecillo de mejor calidad, hará las delicias de todos los hamburgueseros con ganas de juerga en un local totalmente orientado a ello.

Web | www.penaltiloungebar.com

Penalti Lounge Bar está en la calle de Doctor Fleming, 3.

lunes, 3 de marzo de 2014

COMPANY BURGER: así es como nos gustan los low cost.

Saludos, hamburgueseros. ¿Cómo están yendo las fiestas? Seguro que más de uno, a pesar de haber comido hasta reventar, echa de menos una buena hamburguesa que llevarse a la boca... Yo, desde luego, sí. Y precisamente por eso (y porque sabemos los "ocupados" que estáis estos días) hoy os traemos una reseña express de un sitio que nos ha sorprendido bastante: Company Burger.

Y es que son muchos los locales que llevamos a nuestras espaldas (y los que nos quedan) y siempre estamos hablando de hamburguesas de calidad o como muchos dicen gastrohamburguesas, pero esta vez no os vamos a hablar de un sitio que destaca por su carne de buey criado en las altas tierras del norte o de sus quesos curados, o de sus patatas fritas gajo barbacoa. Lo que hoy os traemos es un oasis gastronómico, muy económico y capaz de saciar el hambre del estómago más exigente.

El local, que parece uno más, pero no...
Aunque el nivel de los ingredientes siempre es el objetivo fundamental, locales como Don Oso o el Bar Lozano, resisten con una fórmula de precios baratos sin descuidar por ello la calidad del plato. Pues bien, eso mismo es lo que nos hemos encontrado en Company Burger. Un local ubicado en Plaza Castilla, de estilo fast food, con diferentes combinaciones y menús y bastante pequeño.

Es aquí donde encontramos el gran atractivo de Company Burger, su amplia variedad en la combinación de tamaños de hamburguesas y menús, con diferentes ofertas que harán que salgas de aquí rodando, si quieres, por lo que cuesta un menú en cualquier restaurante de comida rápida de cuyo nombre no quiero acordarme.

Menús y combinaciones para todos los gustos.
Nosotros, concretamente, nos lanzamos a por dos menús Big Company, ya que había una oferta en la pared de 14 euros, más que asequible.

Lo primero que nos llama la atención es la forma en la que se nos presenta la burger (para llevar), ya que está envuelta de manera muy inteligente, con un pequeño triángulo para tirar y dejar al descubierto la hamburguesa lo justo para pegarle el primer bocado.

Puede parecer un OVNI, pero es la Big Company envuelta y lista.
A ver, no os vamos a engañar y por estos precios no esperéis algo de otro mundo. La hamburguesa es grasienta y poco refinada, pero tiene algo que hace que nos encante. Tanto la carne, como el resto de ingredientes son muy frescos y se nos antojan deliciosos. Quizás el pan esté demasiado cargado de grasa, pero bueno, es un pequeño precio que hay que pagar por una hamburguesa informal, pero muy completa.

Big Burger.
Nunca te van a preguntar cómo quieres la carne, aquí sólo hay un estilo, pero es el adecuado y le saben dar un toque especial. Mención especial para el queso, muy sabroso y muy bien fundido, que consigue potenciar el sabor de la carne y el conjunto de la hamburguesa.

Para los más hambrientos, comentar que también hay opciones más generosas, pero, sinceramente, creemos que ésta es una elección más que recomendable para quedarnos bien tranquilos por un rato.

También hemos de decir que los menús incluyen patatas y bebida, ambos en unos tamaños más que adecuados y que no echamos de menos haberlos aumentados por 50 céntimos más. Unas patatas fritas clásicas, congeladas, pero crujientes y adecuadas para la experiencia que buscamos.

A falta de la bebida, así se presenta el menú para llevar.
Así que si queréis probar algo nuevo, fuera del gastrocircuito actual y volver a los momentos más estadounidenses de la hamburguesa clásica, grasienta, pero exquisita, Company Burger es vuestro sitio. Y si a todo esto le sumamos una atención ágil y muy simpática, ¿para qué queremos más? Pues hay más y es que abren 24 horas, algo que en una ciudad como Madrid se echa mucho de menos en lo que a restauración se refiere.

Web | www.companyburguer.es

Company Burger se encuentra en el Intercambiador de Plaza Castilla.