Situado en el distrito gastronómico de moda de Madrid, concretamente en la Cava Alta, paralela a la archiconocida Cava Baja, este local, de diseño minimalista ofrece una carta de hamburguesas decente, pero sin grandes alardes, pero que sin duda semerecía tener representación en un entorno como La Latina.
Empezamos, como siempre, hablando de la decoración, ya que sorprende por si simplicidad y minimalismo, apenas unos detalles típicos de cualquier restaurante de temática norteamericana se dejan entrever en las paredes que nos rodean, cosa sorprendente, pero entendible debido a la zona en la que nos encontramos, donde la calidad y el aspecto se cuidan hasta el extremo y que son esclavas del estilo de tendencia que marca el distrito.
Tuvimos suerte y no encontramos una gran afluencia de gente el día que lo visitamos (más estaba tirando a vacío), por lo que no tuvimos problema a la hora de encontrar mesa, eso sí, se hicieron de rogar un poco, quizás para darle caché al lugar (a pesar de, como ya os he comentado, del escaso público presente). A colación de lo cual hay que comentar que el único responsable de la sala estaba un poco disperso y no era muy agradable que digamos, quizás tuviese algo que ver la falta de ayuda para atender.
En lo que a hamburguesas se refiere hay que decir que la carta no aportará nada especial a vuestras vidas, conteniendo las variedades más conocidas de este plato. Vamos, que no se han roto la cabeza a la hora de combinar ingredientes, cosa que también le sucede a la carta de entrantes y al resto del menú, una lástima...
Tras decidir un elemento a degustar, hay que decir que las proporciones nos parecieron más que correctas y que, a simple vista, no decepciona el plato en cuestión. Al probar la hamburguesa se comprueba un excelente sabor, por lo que la relación calidad/precio está bastante compensada, algo de agradecer, ya que, según avanza el tiempo, vas tomando la idea de no volver más.
Mención especial hay que tener con los refrescos y bebidas en general: en esto sí que se han esmerado, dotando al lugar de una amplia variedad de bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Gran ilusión me hizo ver que se dispone de Coca-Cola de Vainilla y de Dr. Pepper, entre otros, ya que es un detalle que no se puede encontrar fácilmente en casi ninguno de los locales dedicados a la comida típica de países del otro lado del charco donde, curiosamente, tienen una amplia oferta de refrescos de sabores (si alguien tiene alguna explicación, deseamos leerla en nuestra sección de comentarios).
CONCLUSIÓN
A pesar de la calidad de los ingredientes utilizados para la elaboración de sus platos y de que el resultado final de los mismos compensen los precios hasta hacerlos moderados, no es un local en el que repetiría experiencia, ya que son más las cosas malas que las buenas. Nuestra protagonista, la hamburguesa, sale bien parada en medio de un ambiente demasiado sofisticado para un plato humilde y la falta de atención y de carisma hace que Mad Café se convierta en un sitio muy cool con aspiraciones de aprovechar el plato de moda, que podría haber sido el que nos ocupa, como podrían haber sido tostas, carpaccios, etc.
Lamentamos darle un lugar medio en nuestro TOP. Un lugar para ir, probar, pero no repetir. Una verdadera pena.
MÁS INFO EN: www.themadcafe.es
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