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jueves, 27 de febrero de 2014

RIBS: Una revisita ciertamente decepcionante.

Alguna vez os hemos hablado ya de Ribs y hasta lo hemos hecho confesándonos admiradores de sus costillas, de su parrilla y de sus carnes. Pero este post no va por ese camino y os vamos a contar, como bien reza el título del artículo, lo decepcionante que fue volver a un restaurante de esta marca tan extendida por nuestras calles.

El nuevo reclamo de Ribs.
La aventura comienza al volver a casa después de un evento cultural del que no viene al caso hablar (bueno, vale, era el regreso de nuestro gran amigo Tito Valverde al teatro y había que acompañarle en tan magna fecha), se nos antojó visitar el Ribs situado en la Calle Gregorio Benítez, justo al lado del Centro Comercial Arturo Soria Plaza, donde se ha instaurado un núcleo duro de locales donde comer y beber y por lo tanto, ha aflorado una gran competencia que, pensamos, Ribs no ha sabido gestionar. Pues bien, aunque nos las prometíamos muy felices y sabiendo que "sólo" era lunes, allí que nos plantamos. Tenemos que decir que la decoración tanto exterior como interior es magnífica, emulando un granero típico americano (como muchos otros restaurantes de la marca se han hecho, tiempo después de éste), pero entre la noche y la falta de gente, más bien parecía que nos estábamos adentrando en una mala película de serie B en la que en cualquier momento nos iba a aparecer un zombie o el fantasma de Billy el niño.

A pesar de estos detalles, nos sentamos, ojeamos la carta y comprobamos que han aumentado el número de opciones hamburgueseras de una forma considerable, lo cual nos agradó bastante. Así que, como era algo tarde para comer más y como somos unos profesionales contrastados, nos decantamos por tres hamburguesas, para probar la nueva carta, nada más, ni entrantes, ni postres.

Pues bien, aquí empieza la verdadera odisea, ya que, como hemos dicho antes, a pesar de estar en un local prácticamente vacío y ya que la cocina está expuesta, se puede ver el "trabajo" de los cocineros, vemos que nadie se toma con mucho estrés la que, creemos, era la única comanda en ese momento. Estupefactos, recibimos las bebidas y comentamos estos hechos con voz baja, por miedo a que se nos escuche por todos lados.

Como no os interesan los temas de conversación que tuvimos, mejor os hacemos una elipsis temporal, larga, hasta el momento en el que llegaron nuestros platos y que pasamos a relatar. 

Y las "agraciadas" fueron: la Great Burger, una hamburguesa que, sobre el papel, debería ser espectacular, ya que la forman dos pisos de carne, queso cheddar y salsa barbacoa. A pesar de su sencillez, un plato consistente, pensaréis, pues no. Y es que la carne es tan fina que toda junta sería una hamburguesa sencilla, en las mismas proporciones. Además, el sabor de la misma era bastante soso y echamos de menos algo más de condimento. Por otro lado, el gusto a barbacoa de carbón, del que tanto se presume en la publicidad es inexistente. Aunque no todo está perdido, el queso es bastante sabroso y está fundido en su punto justo.


The great Burger.
El pan es otro cantar, de tipo clásico americano, prácticamente sin tostar, se desmoronó casi sin mirarlo y el plato parecía más el atrezzo de una película de Alien o Despredador que algo comestible.

La siguiente fue The One, una hamburguesa en la que parece que se han gastado más dinero en publicitar que en probarla, ya que adolece de los mismos fallos que la anterior, aunque al ir compuesta por un huevo frito, al menos es bastante más consistente.


The One, acompañada de patatas fritas y ensalada de col.
Sólo añadir que el punto de la carne, tanto en esta burger como en la anterior, no estaba del todo conseguido, ya que, aunque la pedimos poco hecha, la trajeron más bien al punto y mira que no sería porque no tuvieron tiempo para cuidar estos detalles...

Detalle del corte de la carne
No se salvan ni las patatas que acompañan a las burgers, ya que son congeladas, pero ni son crujientes ni destacan por algún valor añadido ¡Si hasta son pocas!

Y por último, una burger que nos produjo sentimientos encontrados: la Guacamole Burger. Tenemos que admitir que el ingrediente principal, el guacamole, estaba bastante logrado y fresco y daba un buen sabor al conjunto del plato, a pesar de haber sido pedida muy hecha, por lo que la salvamos de la quema total de nuestra experiencia.


Guacamole burger.
En conclusión, parece que Ribs ha abandonado a su su suerte uno de los primeros locales de su dilatada historia culinaria y eso se nota mucho tanto en el ánimo del servicio como en algunos detalles de falta de interés en el cuidado del local. Todo eso sumado a una comida de un nivel ciertamente bajo y con una de las peores relaciones calidad/precio que hemos visto nunca, ya que, como veréis más abajo, las hamburguesas no son baratas, precisamente, nos hace pensar que igual deberían empezar a encenderse las alarmas y sus responsables tendrían que tomar las riendas y mejorar el control de calidad, un hecho que publicitan, pero que parece que se queda en las brasas de su parrilla.

PRECIO DE LA VISITA DESGLOSADO:

2 CERVEZAS: 5.60 €
1 COPA DE VINO: 2.75 €
1 GREAT BURGER: 11.99 €
1 THE ONE BURGER: 11.99 €
1 GUACAMOLE BURGER: 8.75 €

TOTAL: 41.81€

PRECIO POR COMENSAL: 13.69 €

Web | www.ribs.es

Podéis encontrar Ribs en la Calle Gregorio Benítez, 4.

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