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martes, 29 de abril de 2014

90 GRADOS: Hamburguesas en la terraza.

La primavera la sangre altera y nosotros, que vamos buscando terrazas para pasar las calurosas tardes-noches de verano en Madrid cuando el asfalto irradia fuego, nos encontramos con que a dos pasos de la calle Ibiza (últimamente movidita gastronómicamente hablando) han abierto un moderno espacio donde pasar las horas sorbiendo cócteles.

Y no os estaríamos contando toda esta historia si no hubiera hamburguesas de por medio, ¿no? pues como no podemos evitarlo, en nuestras salidas siempre nos acabamos zampando, por lo menos, uno de nuestros platos favoritos y así os lo vamos a contar.



90 Grados abrió hace apenas 4 meses y, no sabemos si era porque había partido de fútbol, pero para ser un miércoles tanto la zona de barra como la hermosa terraza se pusieron bastante concurridas conforme iban avanzando las horas... 

Como lounge que es, la parte que más nos llamó la atención fue la callejera, y es que la zona de terraza climatizada es a la que estamos más seguros de que van a sacar partido. Algunos sofás, mesas altas y "normales", así como una iluminación en tonos verdes - que dan un toque moderno y muy chill-out - hacen que el conjunto sea agradable. También cuentan con un pequeño comedor, sencillo pero luminoso y acogedor, y una zona de barra muy trendy en la que llama siempre la atención el maestro coctelero, al que da gusto ver mover la coctelera detrás de la barra (y probar el espectacular resultado después).

Distintos detalles del local de 90 Grados.
La carta de 90 Grados está básicamente orientada al picoteo con sus tostas, entrantes tipo snack como las lágrimas de pollo, algo de "verde" y algo más contundente, donde, por fin, nos encontramos con nuestras amigas las hamburguesas. Los precios están muy en la media de este tipo de locales, si bien es cierto que la hamburguesa de la que os hablaremos luego se nos antoja un poquitín cara (12€) comparada con la amplia oferta madrileña. Además, cuentan con un menú express para los mediodías en los que tomar un plato casero acompañado de bebida por 5,50€, sin duda una opción interesante en una zona llena de oficinas.

Pero donde ya uno se vuelve loco del todo es al ver la carta de bebidas, tremenda, con una variedad de ginebras a la altura de una gintonería y tanto cócteles de toda la vida como "de autor", que prepara con todo el cariño Joel Jamal (que nos contaron que fue primer premio en 2013 de la Asociación de la Comunidad de Madrid). Y no es que nosotros seamos expertos en la materia pero hacía muchísimo tiempo que no tomábamos unos refrigerios tan buenos como esos, el Pisco Sour estaba simplemente sublime.

Los cócteles de la velada. Nuestro favorito, el Pisco Sour.
Para abrir boca, nos pusieron de aperitivo unos rollitos de queso de cabra con una rica salsa de frambuesa, así como un surtido de patés. Los amantes de los quesos fuertes sabrán apreciar este snack, estamos convencidos; sin embargo, lo que a nosotros nos conquistó fueron las croquetas. Hamburgueseros croqueteros, sí, pero es que las croquetas de boletus nos parecieron las más buenas que hemos tomado en mucho tiempo.

También nos aventuramos a pedir media ración del carpaccio de tomate raf, mozzarella y virutas de jamón ibérico, por eso de intentar hacer la cosa más light. La verdad es que la combinación estaba buena, aunque para nuestro gusto estaba un tanto salada y os animamos a pedir otra cosa si os vais a decantar por la hamburguesa, ya que en ese caso los ingredientes pueden ser un poco repetitivos.

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Surtido de croquetas, rollitos de queso de cabra y patés y carpaccio de tomate raf, mozzarella y jamón ibérico.
Pero vamos a lo que habíamos venido, cóctel en mano, apetece una hamburguesa (o eso afirmamos nosotros), así que nos decidimos por probar tanto las Mini-hamburguesitas (10,50€) como la Hamburguesa Gourmet de buey con rúcula, tomate raf y lascas de parmesano.

Hamburguesa Gourmet de buey de 90 grados.
En el primer bocado notamos que la carne no era para nada compacta, aunque sin llegar a desmoronarse, así que no pudimos evitar preguntar a los camareros por la forma de hacerla. Nos comentó Marga, la encantadora encargada, que ellos mismos son quienes la aderezan y la preparan, con lo que no andábamos muy desencaminados cuando nos recordaron a aquellas buenísimas de Versión Original (a los que echamos ya de menos desde la triste noticia de su cierre hace apenas un mes), ya que nos encantan las hamburguesas caseras.

No se nos dice de cuántos gramos es la carne (y estábamos tan encantados de la vida disfrutando de la cena que se nos olvidó preguntar..) pero calculamos que serían unos 180 gramos. La verdad es que el tamaño está bien para una cena ligera si no se toma nada más.

Corte de la carne de la Hamburguesa Gourmet de 90 Grados.
Con una carne bien cocinada, jugosa y casera, poco puede fallar ya y más si el resto de ingredientes son tan sencillos. Aunque el parmesano no nos gusta mucho y no es nuestro queso preferido porque no llega a fundirse, reconocemos que la combinación rúcula-tomate raf-parmesano queda muy chic en una hamburguesa que se autodenomina gourmet. Eso sí, poco amigos de la rúcula, ésta no es vuestra hamburguesa, quedáis avisados.

Los ingredientes de la hamburguesa: cebolla, parmesano, tomate raf y rúcula.
En el panecillo tenemos disparidad de opiniones y, aunque a algunos nos gustó por estar tostadito y ser de tipo mollete (que no de Antequera, hamburgueseros de Málaga), otros siguen prefiriendo el pan de hamburguesa de toda la vida como el que traen las mini-hamburguesitas. Queda el debate abierto...

También nos dijeron que la ración de mini-hamburguesas es uno de los platos que más sale de la carta y no nos extraña porque es perfecto para compartir entre amigos. Las 4 mini-hamburguesas son, como la hamburguesa gourmet, de carne de buey y viene acompañada de los mismos ingredientes (tomate, parmesano y rúcula), por lo que poco más os podemos contar sobre ellas.

Mini-hamburguesitas de 90 Grados.
Nosotros acabamos la velada con un mítico postre que no suele fallar, un coulant de chocolate. Esa bomba de chocolate calentito que hace que tu lengua suba al séptimo cielo fue el final perfecto para una velada entre hamburguesas y cócteles.

Coulant de chocolate en primer plano.
En definitiva, en 90 Grados no hemos encontrado el Edén hamburguesero pero hemos descubierto una terraza en la que disfrutar de unos cócteles hechos con mucho arte y unas hamburguesas que dan la talla sin quebrarse mucho la cabeza, servidas en un ambiente agradable y a precios de mercado.

Web | www.90gradosmadrid.com

90 Grados está la calle Alcalde Sáinz de Baranda, 64

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